Cosas que debemos saber
Un perro no es un juguete.
Es una obviedad pero viene bien de vez en cuando recordarlo. Un perro es un
animal que siente, se mueve, respira y que necesita conocer su lugar en el
mundo. Nosotros somos quiénes debemos proporcionárselo.
Bien, vaya por delante
esta premisa para poder entrar en materia sobre la adopción de animales adultos.
Cuando adoptamos un perro adulto,
tenemos que tener en cuenta que ese animal que llega a nuestra casa no nos
conoce. No sabe quiénes somos ni qué queremos de él, y sobre todo no sabe qué
hace él allí en un lugar extraño totalmente rodeado de desconocidos. No debemos
agobiarnos si nuestro nuevo inquilino se encuentra desubicado. Esto no
significa que vaya a ser un animal huidizo, tímido, o receloso. No quiere decir
que vaya a comportarse siempre desde la tristeza o el miedo. Significa
simplemente que los animales, al igual que las personas necesitan su tiempo de
adaptación. ¿Cómo reaccionarías tú si de repente te encerrasen en una casa con uno
o varios desconocidos? ¿Cómo te sentaría que esos seres anónimos intentasen
agobiarte con bienintencionados pero totalmente fuera de lugar achuchones? Pues
ellos lo mismo. Debes tener en cuenta que tu perro al igual que tú, tiene un
pasado, la diferencia contigo es que tú puedes contarlo si lo deseas y el suyo
tendrás que aprender a descifrarlo.
En ocasiones los perros
adultos acaban con sus huesos en una protectora después de haber pasado por
experiencias traumáticas que en la mayor parte de los casos ni siquiera
conocemos. Muchos otros simplemente han tenido la desgracia de crecer allí. No
obstante recuerda que prácticamente ninguna de las experiencias vitales que
haya podido vivir un perro es irreversible pero quédate con esta idea: debes
tener paciencia.
Los primeros días son de
tanteo. El animal necesita conocer su nuevo medio, habituarse a los nuevos
olores, los lugares, los compañeros de piso, los vecinos, los sonidos y sobre
todo los estruendos. Al principio puede sobresaltarse ante lo desconocido o
ante situaciones que guardan una relación desagradable para él. Observar sus
reacciones ante ruidos, niños, bicicletas, muletas, bastones, hombres y
mujeres, te ayudará a saber si tu nuevo amigo tiene un triste pasado o si ha
sufrido malos tratos. Conocer las situaciones que provocan ansiedad en tu perro
es básico para ayudarle a superarlo.
Es importante que durante
este tiempo de aclimatación le prestes atención a su comportamiento para poder
determinar si hay alguna conducta que deba ser corregida. De todas formas,
recuerda que el hecho de que el perro le tema al aspirador y salga huyendo
despavorido, no significa que vaya a pasarse la vida escondido bajo la cama. Lo
habitual es que el animal se habitúe a su sonido y su presencia y asimile que
ese ruido aunque poco agradable no le causará ningún daño.
Durante este período de
adaptación, es importante que el animal identifique cuáles serán sus nuevos
horarios. Los perros son rutinarios y su reloj interno se adaptará a los nuevos
hábitos con facilidad. Por ello es necesario que las horas de las comidas y los
paseos no varíen en exceso.
Durante esta fase de
aclimatación debemos ser coherentes con las normas que queremos que nuestro
amigo adopte. Si vamos a querer que el perro duerma en un lugar determinado o
que no se suba a los sofás y las camas, es preciso que se lo dejemos claro
desde el primer momento. No debemos sentir lástima del animal y no corregir su
conducta ya que en esta etapa está asimilando la nueva normativa que regirá su
vida y las contradicciones pueden confundirle.
Ten en cuenta en todo
momento que el perro es un animal gregario que se mueve en manadas en las cuales
existe una clara jerarquía. Durante este primer contacto el animal está
evaluando su posición en la nueva manada y debe tener claro cuál es su lugar
dentro de la misma. Educar a un perro no significa maltratarlo. Es nuestra
responsabilidad asumir este liderazgo. Haciéndolo facilitaremos la adaptación
de nuestro nuevo amigo y su futura convivencia y vida social.
En resumen:
♦ Recuerda
que las primeras semanas son de adaptación, así que ¡paciencia!
♦ Marcar
unas rutinas y unas normas facilitarán la aclimatación del perro a nuestras
vidas.
♦ La
observación de su comportamiento durante esta etapa nos ayudará a identificar
fobias y a corregirlas.
♦ Sobre
todo, no olvides que los perros conservan su capacidad de aprendizaje durante
prácticamente toda su vida, la repetición y la constancia son la clave para su
educación.