En el día a día de la protección
de animales domésticos abandonados, la ayuda institucional ni está, ni se la
espera.
La crisis económica obliga a
dirigir los recursos públicos a cuestiones más urgentes o importantes, nos
dicen. Antes de la crisis tampoco había medios, y es de suponer que también nos
daban buenas razones para ello.
En resumen, que somos los
ciudadanos de a pie los que tenemos que poner los medios para resolver el grave
problema del abandono de perros y gatos en este país.
Y una vez más, la conciencia
social y la solidaridad asoman y toman el mando. En lugares en que las
administraciones públicas incumplen sus obligaciones, los ciudadanos toman
medidas para subsanarlo. Se unen a organizaciones sin ánimo de lucro ya
existentes, o forman otras nuevas con objetivos concretos.
Estas nuevas organizaciones
empiezan generalmente como un grupo de gente que se une para rescatar una
camada abandonada, o sacar de la perrera a un animal en riesgo de sacrificio;
luego repiten, y con el tiempo, se van organizando y se constituyen como
asociación (o no). Municipios como Oviedo, con perrera, o Avilés, que ni eso,
son terreno abonado para la aparición de grupos de protección animal, que
intentan solucionar en lo posible esta situación de desamparo.
En estos últimos tiempos desde
Amigos del Perro estamos viendo con satisfacción como van formándose grupos con
estos objetivos, a los que ayudamos en lo que podemos, y en las próximas
semanas, vamos a hablaros de algunos de ellos.
¡Nos vemos el jueves!