De Oso hay muchas fotografías, corriendo, entrenando, jugando... Oso impresionante, feroz, ágil, pero mi favorita es ésta de Oso riendo feliz con su humana.
En una ocasión, Oso dio una clase magistral a nuestro grupo de ODU; pudimos ver a un experto en acción. Aunque ya jubilado del deporte, verle era todo un espectáculo. Esa tarde, todos tuvimos el hocico un poco más largo y las orejas un poco más erguidas. Oso era fuerza, elegancia, majestad: un príncipe guerrero, un caballero de la tabla redonda... y todos soñamos con hacer el circuito con su estilo y su seguridad.
Y ahora nos espera en las verdes praderas del cielo, y el mundo aquí abajo es un poquito menos hermoso sin él. Descansa en paz, Oso.