Bueno… Está visto que intentar
criar gatos a biberón sin su madre es como ver Juego de Tronos: Es mejor que no
te encariñes con ningún personaje porque no sabes lo que va a durar…
Frivolidades aparte, hoy queremos
despedirnos del pequeño Mingo, otro de los gatinos que recogimos la pasada
semana que no fue capaz de resistir la orfandad.
Dos días más tarde del
fallecimiento de Pinón, alarmados por la fragilidad de los pequeños
dragoncillos, empezamos a observar que Mingo tampoco quería comer. Forzamos sus
tomas con jeringuilla para evitar que se deshidratase, pero el pequeño no
parecía evolucionar adecuadamente así que recurrimos a los cuidados
profesionales.
La primera visita al veterinario
se basó en una desparasitación interna y externa, que compartió con sus
hermanas y la administración de un prebiótico para evitar los efectos de la
diarrea que el cambio de leche parecía haberle causado… Pero seguíamos igual.
Al día siguiente la visita urgente al veterinario consistió en tomar medidas más
drásticas, la veterinaria lo auscultó de nuevo. El pequeñín, estaba débil pero
sus mucosas tenían el color adecuado. La médico nos advirtió no obstante que
había enfermedades silenciosas como la panleucopenia felina, el parvovirus de
los gatos, que podía estar afectando a la camada…
Mientras nosotros asimilábamos la
idea de que quizás el pequeño no saliera adelante. A Mingo le administraron
vitaminas con una jeringuilla que era casi mayor que él. Había que continuar
inyectándole el tratamiento. Estos padres postizos sintiéndose incapaces de
administrárselo correctamente se batieron en franca retirada dejando paso a los
expertos, por lo que Esther se encargó de sus cuidados intensivos durante todo
el fin de semana.
El lunes Mingo parecía
evolucionar positivamente, había abierto los ojillos y nos regalaba esta
preciosa instantánea, pero tampoco pudo ser… Su cuerpecillo no resistió los
envites de sus circunstancias y de forma totalmente repentina a las dos de la
tarde falleció en la clínica sin que nada pudiera hacerse por él…
Lo sentimos mucho pequeñín, nos
hubiera gustado que salieras adelante.
Pobrecillo. Nos vamos quedando
sin dragonzuelos y ahora tememos más que nunca por sus vidas. Cualquier cambio
por nimio que sea en su comportamiento hace que nos asustemos. Las camadas son
muy frágiles, más aún sin el apoyo incondicional de su madre. Los padres
postizos no tenemos la capacidad muchas veces de sacarlos adelante, aunque como
diría Escarlata O´Hara, a Dios pongo por testigo, que lo intentamos con todas
nuestras fuerzas.
Nos quedan dos gatitas, Telva, la
blanca y Teresa la melliza del finado Mingo… Teresina zampa todo lo que le
pongas por delante, le tiene tomado el punto al biberón. Cada día está más
redonda y va tomando forma de minino… Telvina iba muy bien, pero últimamente
empieza a ir para atrás… Quizás la veterinaria tenga razón y haya alguna
enfermedad acechando la improvisada madriguera de mis pequeños cachorros. Esta
tarde, volveremos al veterinario de urgencia, alertados como estamos por los síntomas
que ya sabemos no auguran un final feliz… Crucemos los dedos porque al menos
dos de las pequeñas salgan adelante.
Ánimo Telva ¡Vamos chica que tú
puedes!
Teresa, sigue así, ¡Necesitamos
creer que un final feliz aún es posible!