Tengo un dragón escondido
debajo de mi almohada
con el que juego de noche,
acurrucado en la cama.
Es un dragón chiquitito,
apenas mide una cuarta,
pero tiene unos colmillos
afilados como espadas.
Mira con sus grandes ojos,
encendidos como el fuego,
y su larga cola llega
desde la cama hasta el suelo.
Me gusta jugar con él
a imaginar aventuras
en las que gana el dragón
al héroe de la armadura.
Cuando mi dragón sea grande
yo le abriré la ventana,
para que pueda volar
y llevarme a sus espaldas.
debajo de mi almohada
con el que juego de noche,
acurrucado en la cama.
Es un dragón chiquitito,
apenas mide una cuarta,
pero tiene unos colmillos
afilados como espadas.
Mira con sus grandes ojos,
encendidos como el fuego,
y su larga cola llega
desde la cama hasta el suelo.
Me gusta jugar con él
a imaginar aventuras
en las que gana el dragón
al héroe de la armadura.
Cuando mi dragón sea grande
yo le abriré la ventana,
para que pueda volar
y llevarme a sus espaldas.
DE El Príncipe Z, Juan Guinea, 2010
Necesitamos
ventanas para que nuestros pequeños dragones puedan volar, ¿quieres abrirles las
de tu casa?
Muchas gracias a Juan Guinea, el autor del poema, por
permitirnos utilizar su poesía y poner palabras a las imágenes de nuestros
dragoncillos.
Os invitamos a visitar su estupenda web de poesía infantil,
El huevo de Chocolate: http://www.elhuevodechocolate.com/poesias/poesia21.htm,
donde podréis disfrutar de éste y otros fantásticos versos
Juan Guinea es profesor de Educación Infantil en Sevilla y
cuentista de vocación. Ha publicado tres libros, preciosamente ilustrados por Mar
Cosías Gila y María José Cordero López, que deleitarán por igual a grandes y
pequeños:
El Príncipe Z (2010), del que hemos “sisado” este poema; Un
paseo en Bicicleta (2011) y Una fiesta sin igual (2011).
Podéis encontrarlos todos en la Editorial Afortiori: http://afortiori-editorial.com/tiendaonline.html