Estoy esperando a que una posible
familia adopte a Shelma, todo ello después de que el domingo tras una visita
muy alentadora a otros potenciales adoptantes, finalmente no pudiera ser.
SHELMA |
No he dormido bien esta noche, no
sé si me está poniendo realmente nerviosa el hecho de encontrarles casa a las
enanas o si se trata de pura casualidad. Lo cierto es que hoy me he despertado
una hora y media antes de lo habitual… Y me levanto a las 6 y media de la mañana…
Sí… Quizás estoy “algo” nerviosa.
En dos horas saldremos de dudas,
la adoptante, el albergue y yo. Todos menos las interesadas que supongo estarán
ahora mismo tranquilamente en casa durmiendo a pata suelta, o encontrando
alguna forma innovadora de destrozar aún más su habitación…
PATTIE |
Todo esto me pasa por la mente
hoy. Esto y la nueva dinámica en la que hemos entrado en los últimos días que
es como una especie de ruleta rusa emocional:
Hay que dejarlas en el albergue-bajón-posible adoptante-subidón-la adopción
no sale-mega-bajón-otra posible familia-subidón-hay que esperar-colapso
neurótico…
Amantes de la adrenalina, dejaros
de paracaidismo, rafting y demás zarandajas y dedicaros al maravilloso mundo de
los perros abandonados… Emociones fuertes garantizadas.
La verdad es que cuando hace casi
tres meses (¿tres meses ya? o ¿solo tres meses no puede ser?) nos decidimos a
dar biberones no tuvimos en cuenta muchas casuísticas.
En noviembre solo pensaba, por favor que no se me mueran, cuando ya
quedó claro que salían para adelante, solo especulábamos sobre qué tipo de
perro serían, si serían tan grandes como mastines, si serían un cruce de ppp… Luego
cuando de repente abrieron abrir los ojos y resultó que Shelma los tenía
claros, el WTF? (What The Fuck?) se debió escuchar hasta en Murcia. Yo miraba en
internet, perros con ojos claros, pero Shelma no era albina, ni un Husky ni
tampoco un Border Collie… Seguían siendo perros sorpresa.
Queríamos intuir lo que eran
aunque sabíamos que era imposible determinarlo sin conocer a ninguno de los
padres y tal y como aparecieron lo único que estaba claro era que no eran
perros de raza. Nadie tira perros de raza pura al contenedor…
Fueron pasando las semanas y
cuando empezaron a caminar, a moverse a roer como ratas de alcantarilla todo lo
que caía entre sus pequeñas fauces, del What
The Fuck, pasé al Oh My God. Nota: Perdón por los anglicismos, como
estoy envejeciendo me da por hacerme la moderna, será la crisis de los
cuarenta…
Y ahí me di cuenta de que no
había calculado bien el tiempo que iba a tener que pasarme fregona en mano.
En esa fase, la verdad sea dicha,
me acordé de toda esa gente que sin ser criador, cruza adrede a su perro y
tiene los cachorros en casa… Lo cierto es que me he reído mucho por lo bajo
imaginándome la sorpresa que se habrá llevado más de uno al darse cuenta del
trabajo que da mantener en un hogar a una “manada” de cachorros…
Cuando cumplieron los dos meses,
ya era imposible tenerlas apartadas del resto de la casa y entonces cada vez
que abríamos la habitación en la que duermen era como cuando abren toriles en
San Fermines… No había animal u objeto libre de su paso destructor. Como el
caballo de Atila, por donde pasaban no volvía a salir la hierba.
Estaban muy locas, y lo están, y
nos estaban volviendo locos a todos nosotros. Su nivel de energía no es
comparable al del resto de los habitantes de mi hogar, a excepción del gato, el
cual, últimamente cuando intuye que están sueltas, corre a ponerse a buen
recaudo.
PATTIE |
Por aquel entonces hubo que
empezar a sacarlas a la calle, para que desfogaran para que corrieran,
brincaran, descubrieran y se relacionaran. Y en la calle, comenzaron las dudas,
porque todo el que las veía tras sonreírse y alabarlas se quedaba con cara de
circunstancias cuando les comentábamos que estaban buscando casa.
Empezaron los Ay pobres, pero es que van a ser grandes…
Y nosotros empezamos a recular, a pensar, dios
santo ¿de verdad no va a haber nadie que vaya a ver más allá del diámetro de
sus patas?, ¿Nadie en toda la provincia?, ¿Vamos a tener que llevarlas al
albergue y se van a pasar allí el resto de sus días?... Y desde entonces he
dejado de pensar en el hoy, para pensar en el mañana. Me he pasado el último
mes contando los días que les restan para iniciar su período carcelario… No es
agradable… Por eso ahora cuando me dicen, ¿pero
tienes que ir tú a ver a los adoptantes?, contesto: yo soy la primera
interesada en que las conozcan, las vean, las quieran un poco y les den la
posibilidad de vivir el resto de sus días.
Su madre les dio la vida,
nosotros se la conservamos y necesitamos a alguien que se la rehaga.
Ahora, desde este carrusel
emocional en el que me encuentro y en el que jamás pensé que estaría, quiero
darle las gracias a todos los que les han dado a Pattie, a Shelma y al resto de
sus hermanos, la oportunidad de conocerlos.
Cruzo los dedos, para que
encuentren casa antes del 9 de febrero que es cuando tienen que ingresar en
Serín… Tic-Tac, Tic-Tac… Y el puñetero reloj no se para…
Actualización: ¡Finalmente Shelma tiene casa! ¡Viva y Bravo! ¡Esperemos
que el resto de fierecillas tenga la misma suerte!
Contacto: adopciones@amigosdelperro.org