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TESOROS ESCONDIDOS

Los perros somos escondedores de tesoros natos, por puro instinto. Ya sabéis, el clásico chiste del perro haciendo un agujero tras otro en la hierba hasta encontrar el hueso que escondió y que está de un muy satisfactorio color verde. Y es que el que guarda cuando tiene, come cuando quiere.

Pero la vida en ciudad requiere ciertas adaptaciones de conducta, porque claro, no vas a esconder nada en el parque, donde cualquier advenedizo puede desenterrártelo... no, no.

Así que ahora "enterramos" nuestros tesoros debajo de la alfombra, detrás de los cojines del sofá, o donde buenamente podemos. Los que sabemos lo que es pasar hambre a veces exageramos un poquito con esta conducta de esconder comida paraporsi, pero muchos a los que nunca les ha faltado una salchicha que llevarse a la boca también lo hacen, es una cosa de perros, ya sabéis.

Bueno, eso, que si vuestro peludo tiene un alijo de chuches debajo del sofá, o unos trocitos de pan escondidos entre su mantita, no os preocupéis, no es que dude de vuestra voluntad de seguir alimentándole, ni que esté pasando hambre, ni nada parecido; es su instinto de enterrar comida para cuando no haya, adaptado a las circunstancias en que vive. Se está comportando como un perro, y eso es bueno ;)




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