El año pasado fue año de pulgas, un invierno muy lluvioso y
un verano seco y soleado. Así que las pulgas se multiplicaron por doquier. Como
una plaga bíblica. Supongo que muchos habréis oído ese tópico que dice que las
pulgas de perro no pasan a los humanos. Bien. Yo diría: ¡Falacias! Aunque bien
es cierto que las pulgas prefieren ser huéspedes de animales, la verdad es que
puedes tener la mala suerte de cogerlas en un momento dado y si eres como yo,
alérgica, no puedes más que ponerte manos a la obra para erradicarlas.
Comienza la guerra. Las pulgas son un ejército multitudinario
y genéticamente preparado para sobrevivir. Cada pulga pone unos 5-10 huevos al
día, por lo que si no trabajamos en la prevención podemos enfrentarnos al
infierno. Lo principal para evitar el contagio es mantener la higiene de
nuestros perros, pero no os engañéis. Que un perro tenga pulgas no quiere decir
que hayamos descuidado su higiene, o que esté sucio. Los perros pueden coger
pulgas aunque pongamos a su disposición todo un arsenal de guerra química. Las
pulgas son parásitos muy resistentes preparados para sobrevivir en condiciones muy
adversas. Es fácil que un perro en contacto con otro animal se infecte, también
puede coger pulgas simplemente paseando con nosotros. Los jardines con hierbas
altas, los paseos por el monte o por zonas rurales donde haya ganado son
lugares propicios para la infestación. En ocasiones somos nosotros mismos los
que sin querer portamos las pulgas a nuestras mascotas. Un paseo por el monte o
una ruta puede hacer que transportemos las pulgas en las fibras de nuestras
ropas sin percatarnos. La prueba de esto son los gatos caseros que de repente
un día amanecen con pulgas sin haber abandonado en ningún momento la calidez
del hogar. La mejor forma de evitar esta plaga es la prevención. Bañar a
nuestro perro o gato y mantener limpia su cama es primordial ya que puede ser
un foco de infección. Las pulgas suelen anidar en las fibras de la ropa, bien
sea el capazo de nuestra mascota, una alfombra, una manta, un colchón… Por lo
que es necesario que limpiemos regularmente la cama de nuestros perros o gatos,
así como las estancias que comparten con nosotros.
El siguiente paso para evitar las infestaciones de visitantes
no deseados es la utilización de collares antiparasitarios. Principalmente en
primavera y otoño, fechas en las que las pulgas y otros parásitos como las
garrapatas, están en el punto álgido de su ciclo biológico, los collares pueden
ser unos grandes aliados. Existen también otros formatos, como las pipetas
líquidas que contienen los mismos componentes químicos para repeler los
parásitos. Otro socio frente a estas plagas comunes son los aerosoles, aunque
su eficiencia suele ser de más corta duración. Cualquier veterinario os aconsejará
cuál es el mejor método de prevención para vuestros animales. Las principales
diferencias entre los productos es el tiempo: los collares suelen tener una
duración de 3 meses frente a las pipetas cuya duración estimada es de un mes.
Aunque también puede influir la reacción en la piel de nuestra mascota: en
ocasiones los collares pueden producir alergias en la piel de los animales que
se manifiesta con erupciones o pérdida de pelo en la zona en contacto con el
collar. En estos casos el especialista veterinario suele decantarse por el
spray ya que la incidencia en alergias es menor. Los sprays o aerosoles suelen
estar más recomendados para tratar las camas o habitaciones más que los
animales, puesto que en ocasiones pueden ser tóxicos.
Con todo nuestro esfuerzo (económico y físico) no os
desesperéis si en un momento dado y pese a todo las pulgas se abren paso en
vuestras vidas y en el de vuestros animales. Están hechas para sobrevivir. En
estos casos y en base a mi experiencia personal yo recomendaría el uso de
comprimidos antipulgas. Hay una marca muy conocida a la que no vamos a hacer
publicidad gratuita, no obstante he de decir que la utilización de estas
pastillas, suele ser muy eficaz. Aunque económicamente hay que hacer un
esfuerzo extra, es cierto que su utilización continuada facilita el no tener
que enfrentarnos a estas desagradables situaciones de infestación. Estos
comprimidos tienen que administrarse una vez al mes, y el secreto de su éxito
es que funcionan como una especie de “anticonceptivo” para pulgas, bueno para ser más exactos, lo que hacen es
dejar estériles a las pulgas que se alimentan de nuestros perros. De ese modo,
al romper la cadena de reproducción de los parásitos es mucho más sencillo
acabar con su presencia.
Las pulgas pueden ser “solo” un incordio, aunque nuestras
mascotas suelen pasarlo bastante mal debido a la picazón que les produce y que
puede desembocar en erupciones o heridas por el continuo rascado. También
pueden ser fuente de contagio de otras enfermedades más serias como la peste
(suena a otra época) o el tifus, lo cierto es que uno de los “efectos
secundarios” más comunes son las lombrices intestinales. Para evitar males
mayores es recomendable que siempre estemos preparados contra este parásito,
sobre todo cuando nuestros amigos son ancianos que pueden ser más susceptibles
a estos problemas.