Esta entrada se la debía a alguien a quien quiero mucho y me consta que nos lee jeje, “Hola Pili J”.
Luzy o Luziana es una
mestiza de sabe dios qué, aunque en su día nos dijeron que tenía algo de
grifón… Si uno piensa en grifones, le viene a la cabeza el asturcántabro con
sus largas orejas y su cuerpo de sabueso. Pero Luzy no tiene nada que ver con
esta raza. Luzy parece más un Ewok, con sus ojillos redondos como canicas y el
focico corto, chato, bigotudo. Supongo que el grifón al que hacía referencia el
que se la regaló de cachorro fuese el de Bruselas, como aquel perrillo
sandunguero que se hizo famoso en Mejor
Imposible compartiendo cartel con Jack Nicholson.
Luzy se escribe con z, pero no por darse aires de
importancia, sino porque su nombre deriva de la luz, no de Lucía, pese que
algunos casi se ofendan al descubrir en un perro el nombre de algún ser
querido. Luzy tiene en su nombre al barrio de la Luz. El lugar que la vió nacer
hace ya diez años.
Un anuncio manuscrito que
ponía “se regalan cachorros” hizo que llegase a nuestras vidas. Era la última
de su camada. Cuando fueron a buscarla solo quedaban ella y su madre en una
cuadra. Así llegó a casa. De repente, sin pensarlo y con unas pulgas que eran casi
más grandes que ella. Como todos los cachorros lloró inconsolable la primera
noche de su nueva vida.
Luzy es una perra pequeña
o mediana depende de con quien la compares. Es cariñosa y glotona y tiene alma
incansable de muñeco.
Luzy
según Claudia (6 años). Nótese el realismo con el que la
artista ha reflejado las manchas en el pelaje de la perra. Una artistaza mi
super sobrina, va a ser casi tan grande como su abuela! J
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Luzy habla varios idiomas
y es ladradora y llorona. Sabe conjugar en el español todas las formas del
verbo ir y también del marchar. No puedes decir marcho, sin que Luzy salte histérica a
tu regazo para que no te vayas. No puedes decir me voy, ni marchamos, ni tengo que irme. Da igual la forma verbal
que pronuncies ella ha aprendido a distinguirla. No hace falta que acompañes
las palabras de un movimiento. Puedes permanecer estático y no mirarla. Ella
puede estar tumbada dormitando sin parecer prestarte atención, pero frente a
las palabras mágicas se levantará como un resorte y te rogará que no te vayas.
Cuando está entretenida
por la calle y no quiere hacerte caso, a Luzy no tienes que decirle vamos, hay que decirle Adiós o Hasta Luego, sabe que eso quiere decir que te irás sin ella, y
vendrá correteando a tu vera para partir contigo.
A veces tiene malas pulgas
porque se considera la dueña y señora de todo lo que ve. Hasta donde la vista
le alcanza son sus dominios y no lleva bien la intrusión de extraños en su
reino. Avanza por el parque como una leona hambrienta por el Serengueti.
Marcando sus dominios, desafiando a los intrusos. Sin embargo es encantadora
con la gente y en especial con los niños. Con su espíritu inquieto de cachorra
vieja, puede pasarse horas jugando con el mismo muñeco. En ese eterno vaivén
del juego que consiste en lanzarle algo.
Luzy llora si te marchas y
puede montar un escándalo como si la estuvieran matando. Incansablemente
intenta siempre irse contigo aunque sepa que 9 de cada 10 veces no le ha
servido de nada. Ladradora pertinaz replica a todos los ruidos desde la
seguridad que le confiere su terraza. No hay perro que se le resista pese a su
tamaño, sin embargo ha perdido dos batallas: frente a un gato y a un pato. No
se le dan bien a Luzy las otras especies. Luzy se vuelve loca con las moscas. A
la voz de “mosquina” responde histérica corriendo de una ventana a otra. Le
encanta cazar moscas, son su aperitivo predilecto.
Luzy no se hace de rogar.
Tiene muy claro lo que espera de la vida. Le gusta que la rasquen en el lomo,
pero no la cabeza y no duda en llevarte con la pata al lugar de su
predilección. Luzy duerme tapada, y se zambulle entre las mantas en cuanto
tiene ocasión. No puedes dar por finalizado el día hasta que la tapas para
dormir en su capazo. Es como un niño al que arropan al darle las buenas noches.
Luzy no es madrugadora y
le gusta dormitar hasta las 10 o las 11, si la bajas antes a la calle es contra
su voluntad.
Luzy es una perra rubia y
blanca, de patinas finas, de focico corto, con unas barbas que le dan cierto
aire de masculinidad. Luzy tiene una melena algo más frondosa en el pecho y
cuello, como si coronase su cuerpo con un abrigo de piel y tiene dos orejas
cortas que se balancean sobre su cabeza. Luzy tiene una mirada muy expresiva
con sus redondos ojos como dos esferas, inmensos en comparación con el resto de
la cara. Luzy gira la cabeza cuando le hablas como si quisiera entenderte
mejor, y te contesta cuando cantas aullando con exaltación siguiendo los tempos. Tiene un aullido penetrante
lastimero que le imprime emoción a cualquier melodía. Pero a Luzy no le gusta
que cantes, lo entiende como algo doloroso. Y a mí me hace pensar en mis
cuerdas vocales. Hace tiempo leí que los perros pueden aullar al confundir la
sirena de bomberos, ambulancia o policía con el aullido de otro perro. Querida
Luzy, dime la verdad, ¿tan mal canto?