El sarro se forma por una mineralización progresiva de la placa dental
causada por las sales minerales (sobre todo de calcio), que aporta la saliva a
la placa supragingival, o que contiene el fluido gingival, que baña el surco
dental, y que las lleva a la placa subgingival. El sarro no es en ningún caso
responsable de la enfermedad periodontal. Sin embargo, cuando la superficie del
sarro es rugosa constituye el soporte ideal para que continúe formándose placa
dental bacteriana. Cuando la enfermedad periodontal es crónica, el sarro es
inseparable de la placa dental bacteriana, y debe ser eliminado para permitir
también la eliminación de la placa. Limitar la formación del sarro frenando al
mismo tiempo la formación de la placa dental bacteriana es uno de los objetivos
de la higiene oral.
Algunos factores (actividad masticadora reducida, maloclusión dental,
persistencia de dientes de leche, ausencia de higiene oral) pueden favorecer la
acumulación de placa dental. Otros factores afectan a la capacidad del
individuo para desarrollar una reacción inmunitaria normal: enfermedades
sistémicas (diabetes mellitus, insuficiencia renal, insuficiencia hepática),
inmunodeficiencia congénita o adquirida. La facultad individual para
desarrollar una reacción inmunitaria apropiada es un factor innato. Por lo
general, el perro presenta una mayor acumulación de placa dental y sarro y una
gingivitis más grave cuando su alimentación es blanda y pegajosa que cuando su
alimentación es dura y fibrosa.
Aunque no todos los individuos que presentan una gingivitis desarrollan
automáticamente una periodontitis, la gingivitis es la etapa preliminar
indispensable que conduce a la periodontitis. Por lo tanto, el principio básico
de la higiene oral consiste en controlar la placa dental supragingival.
Carlos
Querol
Veterinario
de la Fundación Amigos del Perro