Hay
circunstancias en las que es necesario que tu perro vomite, generalmente por
haber ingerido algún tipo de veneno. Pregunta
primero a tu veterinario, explicándole bien lo que ha ocurrido.
El emético natural más rápido y fácil de
encontrar en una emergencia es el agua
oxigenada. Suele estar en todas las casas, en una concentración del 3% (10
volúmenes).
Pon en una
jeringa (sin aguja) 1 cc. por cada kilo
que pese tu perro (aprox. una cucharadita por cada 5 kgs. de peso), y
házselo tomar como harías con cualquier medicamento líquido.
Procura que el
perro se mueva, que camine, para acelerar el proceso. En unos 15 minutos
debería vomitar; si no es así, repite la operación una vez más y espera otros
15 minutos. Si sigue sin vomitar, es el momento de correr al veterinario.
Nunca intentes que vomite un animal
que:
-ya está vomitando.
-está inconsciente, o muy débil o no se aguanta de pie.
-ha tragado lejía, un derivado de petróleo, quitamanchas, u otra sustancia
cáustica: al vomitar aumentará la quemadura interna.
-ingirió la toxina hace más de dos horas: ya está en el intestino delgado,
y vomitar no será efectivo.
Hay opiniones
contrapuestas respecto al uso de agua oxigenada como emético en gatos, así que mejor será que consultes a tu
veterinario. Si lo aprueba, el sistema es el mismo que para los perros.
Los
veterinarios pueden inducir el vómito usando medicamentos específicos, o
proceder a un lavado de estómago o intestino. No dudes en acudir a tu
veterinario (o al que esté disponible de urgencias) si es necesario.