Hace poco os dábamos
algunos consejos para evitar que el perro se eternice en los paseos para hacer
sus necesidades, y hoy, siguiendo con el mismo tema, os presentamos el consejo
que nos aporta Víctor Manuel Hernández Castro:
«Nunca tuvimos ese
problema: nuestro perro es un ansia viva para la comida, y siempre se la hemos
repartido en dos raciones, una por la mañana y otra por la noche, ambas después
del paseo. Él solito asoció que después de hacer pipí y caca había comida.
Llegó el punto de salir, hacer sus necesidades e irse al portal él solo, el
paseo lo tenemos que alargar nosotros. Esto es especialmente satisfactorio los
días de lluvia o mucho frío.»
¡Muchas gracias, Víctor
Manuel!
Recordad, eso sí, que aunque a veces resulta conveniente (o necesario) dar paseos cortos con fines meramente fisiológicos, el perro necesita ejercicio y esparcimiento a diario, ¡no basta con salir diez minutos a hacer sus necesidades!