La entrenadora canina Miriam
Sainz nos habla de la llegada de un nuevo perro a casa. Podéis leer más
sobre ella y su trabajo en su página web Siente a tu perro.
Es alentador ver cómo hay gente con un gran
corazón preocupados por el bienestar de los animales, que se decide por ir a
adoptar uno de los muchos miles de perros/as que esperan una oportunidad en una
protectora o albergue. Sin embargo, tener un gran corazón no sirve demasiado
cuando no se tiene el conocimiento adecuado de qué hacer con el recién llegado…
En muchas ocasiones la gente confunde haber abierto su corazón a un perro
adoptado con la obligación por parte del peludo de dar su amor incondicionalmente
desde el minuto uno, y no es así —o no tiene porqué serlo—. En primer lugar,
cuando vayas a escoger un perro en adopción, deberías visitar varias veces el
lugar de donde va a ser recogido, interactuar con el perrete y conseguir que te
reconozca y se sienta cómodo contigo. Si tienes la posibilidad, sería estupendo
poder sacarle a dar un paseo, acercarle al coche donde en otro momento lo
llevarás a su nuevo hogar o darle de comer de tu mano cerca de la familia con
la que compartirá su vida y cerca también del coche. Esto no es completamente
necesario, pero desde luego habrás ganado mucha confianza que será necesaria
desde el instante en el que decidas compartir tu vida con él/ella. Si tienes
más perros, comparte estos ratos también con ellos para que vayan conociéndose.
¿Quieres adoptar un perro?
Esto es lo que debes saber:
♦ Cuando vayas a escoger un perro/a en adopción, deberías visitar
varias veces el lugar de donde va a ser recogido, interactuar con el
perrete y conseguir que te reconozca y se sienta cómodo contigo.
♦ Si tienes la posibilidad, sería estupendo poder sacarle a dar un paseo,
acercarle al coche donde en otro momento lo llevarás a su nuevo hogar o darle de comer de tu mano
♦ Si tienes más perros, comparte estos ratos también con ellos para que vayan conociéndose.
♦ Cuando el día haya llegado, ve con tiempo. Olvídate del reloj.
♦ No olvides llevarte una bolsita del pienso que esté comiendo para que pueda hacer la transición al que tú le vayas
a dar poco a poco.
♦ Cuando vayas a sacarlo intenta que la transición sea
suave y que no haya grandes emociones de despedida.
♦ Permítele ir olfateando
allá por donde ande, mirando lo que tenga
que mirar, sin tirones de correa. No te preocupes por no ir en dirección directa al coche… Recuerda: ¡no llevas
prisa!
♦ Cuando llegues al coche, deja las puertas abiertas
para que pueda ver y olfatear qué hay
dentro. No le obligues a pasar. Prueba
a meter comida en la zona que tengas delimitada para que viaje de forma segura, y esperar a que
despierte su interés. ¡No desesperes!
♦ Si no hay forma de que venza sus miedos para montarse
solo en el coche, lamento decirte que la mejor opción es dejar al perro de nuevo en su jaula y volver a probar suerte
otro día. ¿Qué prisa tienes? ¡Lo
disfrutarás toda su vida!
♦ La bajada del coche se debe realizar de la misma manera.
Deja que sea el perro el que decida cuándo bajar. Ayúdate con comida. Ten cuidado con haberle saciado, o
tendrá que hacer noche en el garaje…
♦ Si tienes otros perros, lo ideal es ir a un lugar cerrado
(un pipí can o similar) donde puedan interactuar a su aire, sin
indicaciones tuyas, antes de meterlo en casa. ¡Ellos son perros! Sabrán
entenderse (dando por hecho que no tienen ningún problema de conducta, por supuesto)
♦ Una vez en casa, déjale que husmee por donde quiera. En este primer momento debe tener vía libre para saber dónde ha ido a parar. En los lugares que más adelante
no podrá pasar, no dejes nada que pueda
interesarle.
♦ Deberás haber preparado
un lugar para tu perro. Pon en esa zona agua y algo de comida, así como algunos juguetes. Si tienes más perros esto probablemente no sea necesario. El
mismo olor de los otros peludos le harán saber que ese es el lugar de descanso. Vigila cómo se comportan todos y no actúes a no ser que sea completamente necesario.
♦ Déjale tranquilo. Está desorientado y nadie puede explicarle qué ha pasado con el bullicio, los olores y la gente de
la protectora o albergue. No es necesario que te separes de él, pero déjale
relajado si es lo que quiere.
♦ Permite al perro tener su tiempo. Debe ser su
decisión salir a buscarte. Si ves que
tiene miedo, siéntate en el suelo o ponte en
cuclillas. Que sea él quien se
acerque, y si se aparta cuando le acaricias, dale más tiempo hasta poder hacerle mimos.
♦ El olor que traen es muy penetrante y
desagradable. Sin embargo no es aconsejable
que bañes al perro recién llegado… ni en los próximos días. Solo cuando veas al perro preparado será el momento. Si ves que no le está gustando o que tiene miedo, por favor, para. Mi consejo
es que si tienes la oportunidad, le lleves a un río o lago, que además de poder
pasárselo bien, puede ayudarte a
camuflar el olor.
♦ Es muy normal que los perros adoptados tengan ansiedad por la comida y/o la bebida.
Por eso es fundamental que tengan un horario estricto y que puedan predecir la
hora de comer. Solo sabiendo que no les faltará sustento irán reduciendo
su ansiedad. Déjale comer tranquilo. También aconsejo que las primeras croquetillas de pienso
de cada comida, se las des tú en la
mano.
♦ Intenta
darle 3 ó 4 tomas diarias de comida.
Distribuye lo que debería comer al
día en varias tomas y alárgalo el mayor tiempo posible en cuanto a días. Así no sentirá la necesidad de comer puesto que cada pocas horas
podrá hacerlo de nuevo.
♦ Los primeros días a la hora de jugar, ten cuidado con “pasarle por encima”. Si ves
que retrocede, échate hacia atrás. Juega flexionando las rodillas o de cuclillas, y
mejor si las manos las mueves por debajo de su cabeza y no por encima. Si ves
que los juegos de tirar o “de pegarse” son muy bruscos de momento, prueba a esconder cosas
o mover las manos para que pueda pillarlas.
♦ Ayúdate de la
experiencia de un adiestrador
canino, que pueda explicarte las señales del perro y la forma correcta de hacer las cosas. Además, una buena educación social
será muy beneficiosa tanto para ti
como para tu nuevo compañero.