La
función del sistema visual es extraer información sobre el mundo a partir de
las radiaciones electromagnéticas, los objetos pueden reflejarlas, absorberlas,
curvarlas. Lo que supone un gran trabajo y requiere una maquinaria neural muy
especializada y compleja. A través de una pequeña apertura de unos 2 mm de diámetro, el ojo
selecciona una pequeña fracción de estas longitudes de onda y junto con el
cerebro reconstruye la posición, forma, color y movimiento de cada objeto en
nuestro campo de visión.
La visión
es el sentido que permite a los animales interpretar su entorno a partir de la
luz que reflejan las superficies que lo componen. El sentido de la vista es la
capacidad de detectar la energía electromagnética dentro de la luz visible por
el ojo e interpretar por el cerebro la imagen como vista. La visión se nutre de
múltiples fuentes de información para interpretar el mundo que nos rodea. El
ojo es el primer componente de este sistema sensorial, los ojos permiten
relacionarse con el medio, interpretando la energía luminosa visible. Los ojos
son los órganos de los sentidos de mayor potencia en un medio aéreo, ya que son
los de más largo alcance y los más rápidos (la información ambiental a través
de la luz viaja a enormes velocidades); por eso se puede decir que son de los
más perfectos.
La visión
es una facultad a través de la cual se percibe el mundo exterior. Muchos
organismos simples tienen receptores luminosos capaces de reaccionar ante
determinados movimientos y sombras, pero la verdadera visión se compone por la
formación de imágenes en el cerebro. Los receptores sensoriales son células
especializadas en la captación de estímulos, que representan la vía de entrada
de la información en el sistema nervioso de un organismo. Los receptores pueden
ser neuronas algo modificadas, las cuales reciben el nombre de células
sensoriales primarias; o células no nerviosas, células sensoriales secundarias,
las que se ponen en contacto química o eléctricamente con las neuronas. Estas
células sensoriales secundarias se concentran, frecuentemente, en estructuras
denominadas órganos sensoriales. Los fotorreceptores son las células nerviosas
que captan los fotones y se denominan conos o bastones. Se encuentran en la
retina, y a través de ellos se puede obtener la información acerca del volumen,
tamaño, la forma, el color y el movimiento de los objetos.
Como
hemos explicado existen dos tipos de células sensibles a la luz a nivel de la
retina, estos son los conos y los bastones. Tanto en los bastoncillos como en
los conos se encuentran moléculas de un tamaño relativamente grande que
absorben los fotones que llegan a ellas y que son las que producen finalmente
impulsos eléctricos en el nervio óptico.
1.
Los bastones: responden a las intensidades de luz, por tanto; por eso podemos
ver de noche con poca luz.
2.
Los conos: lo hacen a la frecuencia que en la banda de espectro
electromagnética conocemos como colores; ayudándonos por tanto a percibir
distintos colores.
Por
tanto la visión en colores depende de:
a) la cantidad de conos "diferentes"
que posea el animal; cada tipo de cono percibe una frecuencia lumínica
diferente;
b) interpretación por parte del cerebro de la
combinación de las frecuencias diferentes que recibe.
Visión
según el número de conos diferentes en la retina
1. Tetracromática: 4 o más conos (las aves,
reptiles y peces ; ven el ultravioleta)
2. Tricromática: 3 tipos de conos (hombre y primates).
3. Dicromática: 2 tipos de conos, la inmensa
mayoría de los animales.
4. Monocromática: 1 tipo de cono, (Mapaches y
salamandras).
Todas las estructuras que conforman al ojo, como órgano principal de la visión, contribuyen con el proceso de la visión.
La visión varía según la especie animal: muchos poseen una magnífica visión; unos tan sólo distinguen un bulto; otros únicamente pueden percibir los cambios de intensidad de la luz y algunos son totalmente ciegos.
El número de conos y bastones en la retina determina el tipo de visión en las diferentes especies. Se necesitan al menos dos tipos de conos para ver colores.
La visión de un animal responde a sus necesidades; es un factor de supervivencia en el medio natural.
La capacidad de distinguir colores reporta beneficios a los animales, en la alimentación, atractivo sexual, defensa y protección.
Extracto de la monografía La visión y los animales, publicada en www.monografias.com.
Autores:
DMV Sonia del Risco Garcés MSc Profesora de Histología.
DMV Nelson Izquierdo Pérez PhD Profesor de Anatomía Patológica.
DMV Milagros Alonso de León Profesora de Histología.
Departamento de Morfofisiología de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de Camagüey, CUBA.