Los
animales ven colores aunque no los perciben como nosotros los vemos.
Los ácaros: su sentido de la visión en general es muy deficiente. Gran parte de ellos
son completamente ciegos, sin ojos; no obstante esto, muchos responden a los
cambios de intensidad luminosa gracias a ciertas áreas delgadas y transparentes
que se encuentran en la superficie dorsal de su cuerpo.
Las abejas: en 1914 el investigador alemán Karl von Frisch, pudo
comprobar que las abejas tienen un sentido de color especialmente desarrollado,
siendo capaces de diferenciar tres colores complementarios, entre varias
intensidades de gris: el amarillo, el verde-azul y el azul. El rojo no pueden verlo y fácilmente lo
confunden con el negro; en cambio pueden ver el ultravioleta. Por eso es que
son atraídas por las flores rojas porque
en las flores casi nunca se presenta
sólo el color rojo; las amapolas, por ejemplo, que atraen de manera especial a
estos insectos, tienen también algo de azul en su composición, pero lo más
importante es que reflejan los rayos ultravioleta, perfectamente visibles para
las abejas. También pueden llegar a diferenciar el amarillo, el anaranjado y el
verde. Pueden distinguir colores pero su sensibilidad comienza en la franja del
ultravioleta y llega hasta el
naranja. Algunas de ellas no pueden
distinguir los rojos de los grises.
Los peces: su visión del color depende de la
profundidad o la turbulencia de las aguas, el medio óptico es más claro
(arrecifes coralinos, lagos y ríos limpios) en el que todos los colores son
igualmente abundantes o bien más “oscuro” y azulado (aguas profundas) o más
pardo rojizo (lagunas y riachuelos fangosos), encontramos en este grupo, desde
visión monocromática (ciega al color) y (dicromática) en peces de aguas
turbias, (tricromática) en peces de arrecifes coralinos, (tetracromática) en
peces de aguas cristalinas de agua dulce, que captan en el ultravioleta.
Las ranas y sapos: La visión es el sentido dominante
en la mayor parte de los anfibios pueden ver en colores y tienen una buena
visión, algo importante para animales que dependen de la huida rápida para evitar
a sus numerosos depredadores.
Las estrellas de mar: ven sólo luz y oscuridad, mediante
las “copas oculares”: llenas de células fotosensibles dentro de la punta de
cada brazo, puede ver en muchas direcciones moviendo sus brazos y puede
proyectar sus copas oculares hacia afuera para ver mejor. Otros animales con
copas oculares son los gusanos marinos, algunos moluscos como las lapas, los
crustáceos copépodos y las larvas de animales marinos.
Los animales que viven
en las profundidades oceánicas: sus
ojos han desarrollado una sola clase de fotorreceptores (los bastones), capaces
de responder frente a estímulos de baja intensidad luminosa, carecen de visión
en colores.
Las tortugas: tienen poca audición, son
prácticamente mudas pero, para compensar, tienen buen olfato, visión aguda y
una percepción de los colores casi tan buena como la de los seres humanos.
Los lagartos: tienen párpados móviles y buena
visión durante el día, aunque algunos no pueden distinguir los colores.
Las serpientes: la mayor parte tienen relativamente
mala vista, con excepción de las serpientes arborícolas de las selvas
tropicales que poseen excelente visión binocular para localizar a sus presas
entre las ramas de los árboles donde los olores serían imposibles de seguir.
Las palomas: pueden percibir más colores que un
humano ya que poseen hasta cinco tipos diferentes de conos.
Las mariposas: poseen cuatro tipos diferentes de
conos. Pueden ver una amplia gama de colores.
El camarón mantis: tiene por lo menos 12 clases de
células sensibles al color y probablemente sea el animal que más colores
perciba.
Las ardillas: tienen sólo dos tipos de células
fotosensibles, por eso ven menos colores que nosotros, posee también sólo dos
tipos diferentes de conos.
Mapaches y
salamandras: no
poseen conos y sólo disponen de
bastoncillos en sus ojos, por lo que no podrán percibir color alguno, sino
solamente cambios de intensidad de luz: su mundo es un mundo de sombras, en el
que las sombras menos oscuras corresponden a más luz y las menos oscuras, a
menos luz. Su mundo es en escala de grises.
Los pulpos: no ven colores, además de
bastoncillos, sólo poseen un tipo de cono (se necesitan dos como mínimo para
distinguir colores).
Los animales cuyo
cuerpo muestra colores opacos,
obscuros y poco llamativos, como en la
mayor parte de los mamíferos, excepto en el hombre, generalmente tienen una
visión muy limitada de los colores o los ven
pero no los perciben de la misma manera que los humano.
Los animales nocturnos
y los que viven bajo tierra
como el cururo, poseen en sus retinas algunos conos, su modo de vida
principalmente nocturno revela un mundo en blanco y negro. Aves (lechuzas),
anfibios (sapos), reptiles (gekos) y roedores.
Los animales que
ostentan colores fuertes y brillantes,
en algunas o todas las estructuras de su cuerpo, como muchas aves, reptiles,
peces, insectos y algunas arañas, son capaces de distinguir los colores.
Herbívoros: se ha determinado que pueden
distinguir colores. Las investigaciones más recientes demuestran que los
bovinos, ovinos y caprinos tienen visión dicromática, con conos de máxima
sensibilidad a la luz amarillo-verdosa y azul-purpúrea.
La mayoría de estas
especies ven una gama completa de dos colores, por lo general toda la gama que
va del verde al azul:
Bovino: la creencia difundida de que el
toro se enfurece con el rojo del capote no
es verdad; lo que le llama la atención es el movimiento del mismo.
El caballo: algunos estudios demostraron que
podía distinguir el rojo y el azul del gris, pero que no diferenciaba el verde
del gris. En otro estudio hallaron que la mayoría de los caballos podían
diferenciar el gris del rojo, el azul, el amarillo y el verde, pero un caballo
no podía distinguir entre el amarillo y el verde.
Los perros: durante muchos años se creyó que
los perros veían en blanco y negro, o que eran ciegos al color. Sin embargo,
estudios científicos determinaron que no es así. Y que en realidad, captan las
tonalidades de manera similar al ser humano, aunque con una disminución en las
gamas del rojo y el verde. Pueden distinguir el azul del amarillo, del rojo o
del verde, pero no pueden distinguir el rojo del verde. Pueden ver
colores, pero no tantos como vemos los hombres ya que sólo poseen dos
tipos distintos de conos. Algunos estudios también afirman que los canes ven el
mundo con más brillo y menos detalles que nosotros, aproximadamente unas seis
veces.
Los gatos: durante muchos años los científicos
creyeron que los gatos tenían sólo una visión monocroma, porque no lograban
enseñarles a distinguir unos colores de otros (premiándoles con alimento). Sin
embargo, los gatos entrenados durante suficiente tiempo llegan a distinguir
algunos colores, y se les han hallado conos sensibles al verde y al azul, pero
no al rojo. Dándoles tiempo, pueden distinguir el rojo y el azul entre sí y del
blanco, aunque ven probablemente de forma muy parecida el verde, amarillo y
blanco, y el rojo lo perciben como un gris oscuro.
Todas las estructuras que conforman al ojo, como órgano principal de la visión, contribuyen con el proceso de la visión.
La visión varía según la especie animal: muchos poseen una magnífica visión; unos tan sólo distinguen un bulto; otros únicamente pueden percibir los cambios de intensidad de la luz y algunos son totalmente ciegos.
El número de conos y bastones en la retina determina el tipo de visión en las diferentes especies. Se necesitan al menos dos tipos de conos para ver colores.
La visión de un animal responde a sus necesidades; es un factor de supervivencia en el medio natural.
La capacidad de distinguir colores reporta beneficios a los animales, en la alimentación, atractivo sexual, defensa y protección.
Extracto de la monografía La visión y los animales, publicada en www.monografias.com.
Autores:
DMV Sonia del Risco Garcés MSc Profesora de Histología.
DMV Nelson Izquierdo Pérez PhD Profesor de Anatomía Patológica.
DMV Milagros Alonso de León Profesora de Histología.
Departamento de Morfofisiología de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad de Camagüey, CUBA.