Hoy coincidimos con Xana en el paseo, y estaba muy contenta, no dejaba de dar saltos a nuestro alrededor, se acercaba y me miraba nariz con nariz, y vuelta a dar botes... me alegré de verla tan feliz, tan guapa, y mi humana también.
Al principio, Xana no tuvo suerte; creíamos que sí, una pareja con una hija pequeña y que estaban encantados de tener a su preciosa cachorrita. Pero pasaron unos meses, y Xana apareció con un collar eléctrico. Sí, uno de esos que dan calambrazos si no haces lo que el humano quiere que hagas, y no incorporan bola de cristal para adivinar qué es lo que se supone que tienes que hacer o no hacer.
Mi humana tuvo dos palabritas con la humana de Xana, a cuenta del collar, aunque no entendí muy bien en dónde le dijo que se lo podía poner.
Unos meses más tarde, los humanos de Xana dejaron de vivir juntos, y Xana se fue con el humano. Desde entonces ya no lleva collar con cajita y poco a poco ha ido recuperando la alegría.
Estamos muy contentos por Xana, pero a mi humana le preocupa la niña... que hay muchas formas de maltrato, y que todas tienen la misma raíz, y que ya decía su abuela que quien maltrata a un animal indefenso, también maltratará a un niño si tiene ocasión. Aunque supongo que a ella no le pondrá ningún collar eléctrico, ¿no?