Todos sabemos de la capacidad de juego que tienen los gatos, pero no todos los juegos son apropiados para ellos.
Para empezar, es importante para su desarrollo y su vínculo con nosotros que dediquemos todos los días un ratito a jugar con ellos.
Solo tenemos que jugar de manera adecuada para no sufrir algún arañazo o mordisco por parte de un gatito totalmente entusiasmado con sus juegos.
Hasta los cuatro meses los gatitos juegan unos con otros, a luchar entre sí, pero tras estos cuatro meses comienzan los juegos de simulación de la caza, al fin y al cabo es su instinto que no desaparece aunque nosotros les demos alimentación suficiente para que no necesiten cazar para alimentarse.
Estos juegos de caza son un simulacro de atrapar objetos que son sus presas, que pueden ser pelotitas bien sea hechas para ellos o bien hechas por nosotros con papel de periódico, o similares.
Claro que tenemos juguetes más complejos, como son las típicas cañas con un cordel al final del cual hay una pelotita o un ratoncito de peluche, o también unas plumas, etc. La cuestión es que al mover la caña, se mueve el juguete: corre, salta, se esconde… y todo ello estimula el instinto de caza de nuestros felinos, y lo incita al juego.
Dejar simplemente pelotas y ratones en el suelo no supone estimular las ganas de juego, algunos gatitos les golpean con la pata para que rueden o se muevan y así “cazarles”, o bien nosotros las tiramos para que su movimiento incite al juego de nuestro gato.
Sin duda alguna la primera opción es más divertida para el gato, siempre y cuando tengamos en cuenta algunas cuestiones:
a) El juguete ha de moverse lejos de su cara, como una presa de verdad, no toca su cara porque una presa no lo haría nunca, a no ser que la presa atacara al gato; en ocasiones si tocamos con el juguete su cara, vemos que el gato golpea el juguete con la pata, pero no juega... ¡¡¡se defiende!!!
b) Hay que dejar que el gato gane, o sea que pille el juguete varias veces en cada ocasión, porque si no lo atrapa nunca, el gato deja de jugar, ya que no resulta divertido perder siempre.
c) Si nuestro gato se agota porque no consigue atrapar la presa, el gato acabará dejado de jugar porque la presa es demasiado difícil. Recordar que el juego del gato es agilidad y estrategia, o sea estudia la situación, planifica acercarse con sigilo a su presa y se esconde mientras se acerca a la presa, para luego saltar sobre ella y atraparla. Entonces lo ideal sería que durante el juego tuviera sitios para esconderse (cojines, cajas…).
d) La caña debe conseguir que el movimiento del juguete no sea lineal si no transversal, variando la velocidad, incluir paradas, a veces escondiendo el juguete y otras dejando que lo vea... Es interesante también estimular al gato con algún sonido que haga la “presa” cuando huye.
e) El juego no puede durar tanto que el gato se agote físicamente, jadee, en cuyo caso hay que hacerlo todo más lento y suave.
f) Cuando capture a su presa, hay que dejarle que disfrute durante un ratito y luego se le puede dar una chuchería o media latita, ya que en la naturaleza el fin de la caza es cuando se come al cazado.
Para que nuestro gatito disfrute física y mentalmente de los juegos, éstos tienen que parecerse a una verdadera sesión de caza, y en la caza, las presas de verdad aparecen, corren, se esconden… y a veces... ¡la presa gana!
Esta manera de jugar es lo que hará que nuestro gatito sea feliz, desarrolle sus instintos y nosotros estaremos encantados de tenerlo en nuestro hogar.
Y no olvidéis que ni nuestras manos, ni piernas podemos utilizarlos como presa si deseamos que los juegos sean un placer para los dos.