Si tuviste la suerte de crecer con algún perro o gato, seguro que pensaste que sería estupendo poder hablar con él; mejor dicho, que sería estupendo que pudiera contestarte, porque hablarle ya le hablabas.
Seguro que alguna vez te has preguntado qué diría tu perro si pudiera hablar. Y muchas veces has oído decir de alguno muy espabilado que "solo le falta hablar". Aunque si lo piensas, hablar hablan. En su propio lenguaje, eso sí, pero hablan. Su expresión facial cambia, las orejas se mueven, los ladridos significan una cosa u otra, el rabo-helicóptero transmite señales clarísimas, y tú sabes muy bien cuando te avisa de que hay un desconocido en las escaleras y cuando está pidiendo chuches, ¿verdad?
Esa mirada de felicidad completa cuando apoya la cabecita en tu pierna en el sofá no la cambiarías por nada.
Y sin embargo, hay quien no quiere saber lo que le dice su perro. Y le corta las orejas, el rabo, las cuerdas vocales... sí, has leído bien, las cuerdas vocales. Y los dejan así, incapaces de comunicarse, de expresarse. Mudos. Juguetes rotos. Porque a individuos capaces de algo así no les entra en la cabeza que en el mundo hay más seres vivos que ellos mismos, y si respetan mínimamente al resto de los humanos, es solo por miedo a las consecuencias.
Seguro que alguna vez te has preguntado qué diría tu perro si pudiera hablar. Y muchas veces has oído decir de alguno muy espabilado que "solo le falta hablar". Aunque si lo piensas, hablar hablan. En su propio lenguaje, eso sí, pero hablan. Su expresión facial cambia, las orejas se mueven, los ladridos significan una cosa u otra, el rabo-helicóptero transmite señales clarísimas, y tú sabes muy bien cuando te avisa de que hay un desconocido en las escaleras y cuando está pidiendo chuches, ¿verdad?
Esa mirada de felicidad completa cuando apoya la cabecita en tu pierna en el sofá no la cambiarías por nada.
Y sin embargo, hay quien no quiere saber lo que le dice su perro. Y le corta las orejas, el rabo, las cuerdas vocales... sí, has leído bien, las cuerdas vocales. Y los dejan así, incapaces de comunicarse, de expresarse. Mudos. Juguetes rotos. Porque a individuos capaces de algo así no les entra en la cabeza que en el mundo hay más seres vivos que ellos mismos, y si respetan mínimamente al resto de los humanos, es solo por miedo a las consecuencias.
Kamparina
BROWNIE ESTÁ EN ADOPCIÓN EN AMIGOS DEL PERRO |