Se hace camino al andar. Y ser perro incluye cierta afición por andar, pasear, caminar, olerlo todo, dar saltitos y carreras, rebozarse en la hierba (o en cualquier otra cosa olorosa y fragante que uno tenga la suerte de encontrar).
Pero no somos todos iguales, algunos perros pueden estar caminando horas por el monte, y llegan a casa dando brincos, pero otros se cansan al cabo de doscientos metros de paseo tranquilo. Depende de la edad, del tamaño del perro, del largo de las patas, de muchas cosas. Imagínate un yorkie y un golden retriever, el yorkie da veinte pasos apresurados para cubrir la misma distancia que recorre el golden con un solo paso, así que se cansa mucho antes.
Esto vale también para la velocidad, si tu perro es pequeñito o mayor, o poco dado al ejercicio, puede costarle mucho seguirte incluso si caminas a paso normal. Ten en cuenta que si bien el ejercicio es bueno, ir siempre con la lengua fuera y el corazón a doscientos no mejorará su salud, al contrario.
A veces veo perritos minúsculos correr despepitados, sin descanso, solo para mantenerse al paso de su dueño; eso no es agradable, no les permite disfrutar de la salida, ni oler el mundo, ni nada. Por no hablar de los que van andando a todo trapo y dando tirones continuos al pobre perro que no es capaz de mantener su ritmo y que vuela en cada tirón...
Animar a hacer ejercicio es una cosa, forzar otra.