¿Qué ha de ser de la vida si el que canta no levanta su voz en las tribunas por el que sufre? Que no calle el cantor, porque el silencio cobarde apaña la maldad que oprime.
Y así vamos a seguir, cantando... levantando la voz por los que no la tienen. Por los perros, por los gatos, por los animales en los circos y los zoológicos... por los que no pueden reclamar cambios en las leyes y en la sociedad.
Locas (y locos) de los perros, de los gatos, de los toros... cantando y molestando en las calles, en las tribunas políticas, en las redes sociales y en los medios de comunicación.
Si se calla el cantor, calla la vida.
Si se calla el cantor, calla la vida.