Nos ha llegado un correo contándonos como le va a Prin, y nos ha hecho tanta ilusión que queremos compartirlo con vosotros. Muchas gracias, Carolina y Marcos, por cuidarle tan bien.
¡Hola!
Te he hecho una selección de las cientos de fotos que
tenemos de él. Lo que básicamente le representa: el perro vago que sólo busca
cama (ni se te ocurra dormir la siesta sin él, ¡es impensable!), la foto con su
primo Roco (que nos ha ayudado mucho para
llevarnos bien con perros grandes), sus primeros Reyes (que no sabía muy
bien que estaba pasando, pero le encantó todo lo que había dentro de la caja) y
nuestro último paseo del 2016 (playa sobre todo).
La verdad es que sólo te puedo decir cosas buenas de Prin.
Sólo tuvo una fase rebelde, en la que las mayores perjudicadas fueron las
patatas de la cocina. Todo se solucionó con el dosificador de hormonas maternas
de perra. Desde entonces un verdadero bendito. Jamás ha hecho sus necesidades
en casa. Tuvo un catarro, con su consiguiente diarrea, y nos despertó a las 5
de la mañana para que lo bajáramos a la calle (y ahí estaba yo con toallitas de
bebé recogiéndolas, porque ya no había otra manera).
En casa se porta genial. Pone mala cara cuando de noche lo
mandamos a su cama y cuando toca baño, pero por lo demás sin problema alguno.
Tiene su grupo de amigos fijo, dos perras de agua (Niki, y
Era), dos westies (Sena y Pipo) y un cruce de bichón maltés (Nicolás) (tiene
muchos más amigos, pero estos son los que más contacto tiene). Prácticamente
todos los días nos vemos para el último paseo de la noche, y ahí se ponen a
jugar. Prin tiene predilección por los perros de pelo largo, y lo demuestra
jugando con una de las perras de agua (la más joven) y el cruce de bichón
maltes (tenemos la teoría en el parque que tiene complejo de peluquero por los
tirones de pelo).
Le encanta correr suelto. Empezamos a hacerlo poco a poco. A
la semana de estar adoptado conocí un grupo de gente en los Pericones que me
ayudó un montón para empezar a soltarlo. Primero fue con la correa colgando, y
cuando conocimos al grupo de nuestro parque, decimos quitarle la correa. Al mes
Prin andaba suelto a sus anchas, y venía en todo momento. Sí que es cierto, que
al principio tenía sus premios como soborno, pero pronto no hizo falta.
Cuando te dije que Prin no fue adoptado por una pareja, si
no por una familia era todo cierto.
Por parte de su "padre" humano tiene a su primo
Roco (el que nos ayudó un montón con el problema de los perros grandes. Es
cruce de mastín con perro alemán, así que te puedes imaginar lo duro que fue al
principio), con el que se pega unas carreras por la finca impresionantes, y sus
"abuelos" que me lo malcrían cada vez que lo ven.
Mi hermana, como ella misma se denomina, es la
"tía" de Prin. Sus hijos están encantados con su "primo".
Siempre hemos tenido perro en casa de mis padres cuando eran pequeños, y
digamos que perdieron la costumbre. Con Prin la han vuelto a retomar, y es la
manera que tenemos de sacarlos de casa y que no jueguen a la Play.
Mis padres (que viven a escasos dos minutos de nuestra casa)
son los "abuelos" con los que más contacto tiene (Prin entiende
cuando le digo vamos a casa de los abuelos).
Ha sido una adopción muy fácil. Marcos, su
"padre", ya sabía lo que era tener perro, lo mismo que yo, pero Prin
nos ha dejado alucinados. Tenemos problemas con los ruidos fuertes (voladores)
y con los coches (los autobuses es lo peor), pero ha sabido adaptarse a la vida
en familia perfectamente. Te podría escribir un email kilométrico de las cosas
buenas de este perro, pero creo que sobran las palabras, después de lo que
hemos hablado. Jamás se me olvidará ese día, cuando llamé a mi amiga Águeda
para ir hasta el albergue. Las veces que nos perdimos por el camino hasta que
llegamos, pero mereció la pena... ¡por supuesto!
Os agradezco la labor que realizáis y os animo a que sigáis
(aún con las piedras que os ponen en el camino). De no ser por la foto que
publicasteis en Facebook de Prin y su hermana Lía, Prin no estaría con
nosotros.
Os seguimos en Facebook e Instagram, así que seguiremos en
contacto.
Un saludo.
Marcos, Carolina y Prin.