Hoy empiezo a escribir en este blog y lo hago con un sabor amargo. Alegre, porque llevo ya mucho tiempo siguiéndolo, mucho antes de decidir que estaba preparada para ser voluntaria (porque en serio, los que lo sois lo sabéis y los que no, hacedme caso que es muy difícil muchas veces, tanto como satisfactorio y creo que es algo para lo que hay que estar preparado), pero ¡Joder! Quería escribiros algo desde dentro y de verdad, algo que no acababa de salir... y ahora mismo, vengo de leer lo que uno de mis compañeros ha escrito sobre Wendy y una frase suya me ha recordado por qué los perros son tan importantes y por qué debemos valorarlos tanto.
No puedo recordar cuándo decidí que amaría a los animales, pero si puedo decir cuándo empecé a hacerlo y esto fue cuando empecé a convivir con uno de ellos y sobre todo cuando empecé a responsabilizarme de uno. Cuando decidí que su vida dependería de mi y cuando él, sin decidirlo, empezó a depender y a dejarse ser, como nosotros hacemos cuando somos niños con nuestros padres, como si con nosotros nada malo pudiera pasarles.
Pero, hoy no vengo a hablaros de cómo empezar a amar a un ser vulnerable que no te juzgará y permanecerá siempre a tu lado, porque creo que no tengo que enseñaros eso, eso no se aprende... se nace sabiendo.
Hoy vengo a hablaros de todo lo contrario, de todas esas personas que necesitan a un perro. Y no, no hablo de la costumbre, de echar de menos un peludo que nos caliente los pies en invierno. Hablo de salud, de salud y de bienestar.
¿Os suena el término TAA? Terapia Asistida con Animales. En más de la mitad de éstas, los terapeutas son los perros... Podemos hablar de infinidad de casos, pero aquí os voy a dejar unos abiertos a la reflexión:
¿Qué tal si hablamos de personas ancianas sin familia cercana? Qué pasaría si un perro le ayudase a mejorar su estado de ánimo, si fuera su píldora de antídoto antidepresión, que le sacase de la monotonía y le llenase la vida de momentos de cariño y diversión adaptándose a sus necesidades y a sus tiempos... y más allá, fomentara la mejora de sus articulaciones, los músculos, las destrezas motoras... y sobre todo y algo que a pesar de que pueda no parecerlo, es muy importante:, evitar la soledad.
TAA Residencia Plaza Real |
Voy a ir más allá y os voy a poner otro ejemplo que creo que está muy extendido, el primer ejemplo que se pone cuando hablamos de este tipo de terapias: las personas con autismo. Para éstos, son una fuente potenciadora de sus habilidades de comunicación y relación personal (empatía, saludar, interesarse por los demás, etc.), mejoran su autoestima y su autonomía, les ayudan a realizar las habilidades cotidianas de la vida diaria (realizando actividades motrices concretas: mimar, cepillar, etc.), ayudan a mejorar la atención y a disminuir la ansiedad y el estrés y un largo etcétera.
¿Qué os parece? Con esto, espero que quien no se hubiera parado a pensarlo se haya dado cuenta de que los perros, además de las mascotas preferidas de muchos (que nos ofrecen desinteresadamente su cariño y se hacen querer), tienen una manera particular de aceptar a todas las personas y por ello podemos utilizarlos como soporte.
¡Gracias por vuestra atención!
¡VALORÉMOSLOS MÁS, POR FAVOR!
Nos están dando toda su vida.
Lucía Muñiz