Es muy difícil elegir un único momento que me haya hecho feliz en el albergue. Además alguien me dijo que no empezase el artículo con la frase, “mi mejor momento en el albergue fue… “ Sabio consejo! Así que me permití el lujo de echar la vista atrás y hacer un pequeño resumen, algo diferente. Llevo tres años siendo voluntaria y no podría quedarme solo con un momento bueno y especial para mí porque aunque antes de empezar a escribir intenté en mi mente elegir el mejor soy incapaz de decidirme. Aunque la gente desde fuera quizá no lo pueda entender, tres años de voluntariado dan para muchos buenos momentos, más aun si es en buena compañía, con alguien como Sara los días malos son menos malos y los buenos mucho mejores. Este artículo no tendría mucho sentido si no hablase en plural, si no la incluyese a ella. Las mañanas de lluvia en la gatera se convirtieron en algo muy divertido, fotos para difundir, pechuga de pavo para todos, todos es todos, incluidas nosotras, fabricación de jug...
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