Que difícil es escribir un mejor
momento, cuando tienes muchos, empiezas a pensar y no sabrías con cual
quedarte. Para mí, uno de los mejores momentos es el día que me encontré a Luna
con su adoptante, yo estaba sentada en una terraza y pasaba una perrina con una
señora por la acera, era nuestra pequeña y estaba feliz. Fue una alegría verla y ahí recordé todos los
momentos que pasamos en Serín. El primer paseo, Luna y Xena, para mí Luna y para Marta Xena, no sabia
caminar con correa y tenia miedo, se agachó para que la atáramos y salió,
siguiendo a su amiga y compañera Xena. A partir de ese primer paseo todos los
fines de semana nos recibieron con una sonrisa, montaban una fiesta cada día
que llegábamos para sacarlas. Lunina aprendió a caminar con correa, a darnos
besos y abrazos, a pedirnos mimos, a correr como una loca, a ir en cuello, a
jugar con Marta, en definitiva, a ser
una perra feliz. Por eso, el mejor momento es el día que la vi, porque detrás
de ese momento hay muy buenos recuerdos con Marta, Luna y Xena que siempre que
pienso en ellos me sacan una sonrisa.
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