El gato posee
peculiaridades que lo diferencian del perro, ya que aunque ambos son
carnívoros, los gatos lo son exclusivamente, mientras que los perros son
omnívoros.
Cuando se observa los
hábitos alimenticios de los miembros salvajes de ambas familias (cánidos y
félidos) vemos que cuando los lobos capturan a una presa herbívora, lo primero
que consumen son las vísceras de su cavidad abdominal que contienen grandes
cantidades de vegetales que pasan a formar parte de la dieta de los lobos.
Sin embargo, los felinos
cuando cazan ingieren preferentemente la cabeza y musculatura esquelética de
sus presas y desprecian las vísceras. Que es casi el mismo comportamiento que
exhiben los gatos cuando capturan a un ratón.
Anatómicamente los gatos
están diseñados, en cuanto a dientes y mandíbula se refiere, para cortar y
desgarrar los tejidos animales.
Una vez dicho esto, vamos
a ver cómo podemos alimentar adecuadamente a nuestro gato, o nuestro tigre
miniatura domesticado, como leí en una ocasión: Dios creo al gato para que
pudiéramos acariciar a un tigre.
La forma más cómoda de
suministrar comida a un gato es dejándosela a libre disposición, a no ser que
sea muy glotón y se haga obeso. Por naturaleza el gato no tiende a la voracidad
y cuando tienen disponible comida durante 24 horas, suelen comerla con
regularidad.
En estudios realizados en
relación con la alimentación felina se observó que los gatos comían entre 10 y
20 veces al día y pesando la cantidad de comida cada 5-8 horas, ésta era
sorprendentemente constante.
Obviamente se puede dar de
comer a un gato una vez al día, aunque en caso de tener que controlarle la
comida (problemas de obesidad), es más adecuado darles por lo menos tres veces
al día.
Para darle la comida ad
libitum (libre disposición) se utiliza pienso seco, ya que no se deteriora con
el paso del tiempo, como podría pasar con la comida húmeda.
En lo que al agua se
refiere, nuestro gato proviene de un ancestro que vivía en el desierto, por lo
que es capaz de sobrevivir con menos agua que el perro, ya que tiene más
capacidad de concentrar la orina. Esto no significa que no deba de tener agua
fresca y limpia a disposición porque necesitamos estimular que beba a fin de
evitar problemas de salud como el Síndrome Urológico Felino (FUS).
Precisamente por esta
necesidad de estimular la ingestión de agua es por lo que se recomienda que se
dé a los gatos todos los días al menos un cuarto de tarrina de paté con un poco
de agua, haciendo una sopa que no disminuya su sabor pero que incremente su contenido
en agua.
En el caso de que convivan
varios gatos, hay que disponer de tantos comederos y bebederos como gatos, para
que cada uno tenga el suyo.
Los errores más frecuentes
respecto de la alimentación del gato:
1.- Darle suplementos
alimenticios, mejor comprar un alimento de mejor calidad.
2.- Darle alimentos
basados en un solo ingrediente (pescado, carne ….), esto puede producir
adicción, además de ser una dieta desequilibrada y muy baja en calcio.
3.- Administrarles huesos
o raspas.
4.- Darles comida de perro
para gastar menos, esta comida es nociva para los gatos porque:
a) los gatos tienen unos requerimientos proteicos más
elevados que el perro.
b) la comida de perro es deficitaria en taurina que es
esencial para el gato.
c) la comida de perro es deficitaria en vitaminas y minerales
que son necesarias para el gato y que no puede sintetizarlas de otros
componentes o bien que las necesita en mayor cantidad que el perro.
Lola Moreno
Formadora del curso «Adiestramiento de base
y educación canina». Educadora canina y Entrenadora de perros de trabajo y
utilidad acreditada por el Principado de Asturias.
www.amigosdelperro.org