El Reglamento General de Circulación no
resulta muy explícito en cuanto al transporte de animales de compañía en el
interior del vehículo, y el resto de países europeos tampoco especifican en sus
reglamentos de circulación una forma concreta de transporte de animales
domésticos y se limitan a indicar, como en el caso español, unas condiciones
mínimas que deben mantenerse para la conducción del vehículo.
Estás condiciones mínimas se recogen en el
artículo 18 de dicho Reglamento cuando dice:“El conductor de un vehículo está
obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de
visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia
seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás
usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la
posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada
colocación de los objetos o animales transportados para que no haya
interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos”.
Esto se traduce en varias cuestiones
básicas, siendo la primera de ellas que el animal no puede ir suelto en el
vehículo porque no solo interfiere con el conductor sino que puede suponer un
incremento del riesgo al actuar como carga suelta con imprevisibles y
perjudiciales consecuencias para los ocupantes del vehículo y para otros que
circulen por la misma vía, además de para él mismo, ya que el rebotar en caso
de colisión, puede suponer un agravamiento de sus lesiones. Para evitar estos
problemas, más adelante veremos diferentes sistemas de sujeción.
Por otro lado, puede haber distracciones
indirectas, en el caso por ejemplo de un perro que ladra, que araña o ensucia
el coche, si intenta salirse por la ventana o si molesta a los niños que van
correctamente sentados en sus sillitas, poniendo nervioso al conductor por
cualquiera de los motivos anteriores.
Queda claro entonces que tanto por el bien
de nuestra mascota como por nuestro propio bien y de quienes nos acompañan,
éste tiene que ir debidamente controlado existiendo varias opciones para que
viajen con nosotros. En un turismo podemos elegir que nuestro animal de
compañía viaje en el interior del coche en la zona destinada a pasajeros, en el
interior en la zona de las maletas, o en el exterior en remolques u otros
dispositivos externos.
Vamos a ver las diferentes opciones con sus
pros y contras en cada caso.
MALETERO: En cualquier caso el perro tiene
que ir sujeto o bien en un transportín, incluso en el maletero, hay que tener
en cuenta el tamaño del transportín y éste debe de ir debidamente sujeto para
evitar que vaya dando tumbos en las curvas. Si está comunicado con el resto del
vehículo se requiere una reja de seguridad que deberá servir para evitar que en
caso de impacto el perro invada el espacio de los pasajeros y del conductor,
una opción alternativa al transportín es utilizar cinturón de seguridad con
arnés para el perro, este cinturón se ancla en los asientos traseros, y se pasa
entre los mismos la correa que se sujetará al arnés del perro, evitando tanto
el movimiento excesivo como que se traslade a la parte delantera.
Los problemas que existen al llevar un
perro en el maletero es que en el caso de que no esté comunicado con el resto
del vehículo es un lugar poco ventilado, oscuro y solitario, está adaptado a
llevar maletas, no seres vivos y si hay mala combustión los gases pueden entrar
y el perro sufrir lesiones o morir. Sin olvidar que los maleteros están
diseñados para absorber un impacto, compactándose en caso de accidente, lo que
supone el aplastamiento del perro.
ASIENTOS TRASEROS: Si el perro va suelto es
obligatorio llevar una verja de seguridad para que en ningún caso invada el
espacio del conductor, aunque lo normal es llevarlo sujeto por un arnés de
seguridad anclado al enganche del cinturón de seguridad. Si el animal es
pequeño, va más seguro en un transportín que se colocará siempre en el suelo
entre los asientos delanteros y traseros de manera que no se mueva durante el
transporte. No hay que olvidar que estamos buscando el bienestar de nuestra
mascota y nuestra seguridad, tanto durante el viaje como en caso de impacto.
Es más recomendable que la sujeción a los
asientos se realice utilizando un arnés, dado que si lo sujetamos por el collar
en una maniobra brusca el perro puede lesionarse el cuello, llegando incluso a
provocarle la muerte.
EN EL EXTERIOR: REMOLQUES Y MOCHILAS
Lo más cómodo para nosotros sin duda es que
vaya en el exterior en un remolque, también el perro, en este caso está
desaconsejado para otros animales más pequeños como gatos, hurones, etc.
Los remolques suponen una mejor ventilación
e higiene, deben de ser siempre isotérmicos, con suelo antideslizante, la
ventilación tiene que ser en todas las puertas y laterales y con posibilidad de
incluir bebederos.
En caso de colisión, su desplazamiento
suele ser lateral por lo que el daño producido a nuestros perros es inferior
que en los maleteros por ejemplo, en el caso de un impacto trasero.
Sin embargo, requieren la adaptación de
nuestro vehículo y la velocidad de circulación y la maniobrabilidad con un
remolque está reducida.
Respecto a las mochilas exteriores que se
cuelgan del enganche del vehículo son verdaderos ataúdes para nuestros perros
en caso de colisión, ya que están hechas de fibra y en caso de impacto trasero
absorben totalmente la fuerza del impacto con las peores consecuencias para
nuestro perro. Lo único que tienen a su favor es que no disminuyen la velocidad
de circulación y la maniobrabilidad del vehículo no se ve afectada por su
instalación.
Lola Moreno
Formadora
del curso «Adiestramiento de base y educación canina». Educadora canina
y Entrenadora de perros de trabajo y utilidad acreditada por el
Principado de Asturias.
www.amigosdelperro.org