Soy voluntaria desde hace casi 6
años, para mí solo el hecho de subir a la prote, pasear, acariciar y hacer lo
que haga falta por ellos ya es una satisfacción enorme. Pero recuerdo un día en
especial, hacía muy poco que era voluntaria y estando en la prote llegó un
aviso para recoger un perro, acompañé a Fer en la recogida, llegamos a una
cuadra, estaba oscura, llena de madera y de suciedad y allí en una esquina
estaba Brenda, temblando, asustada y muerta de hambre. Cuando Fer le pasó el
lazo por la cabeza aulló de una manera que no se me olvidará nunca. Al
principio los paseos de Brenda fueron complicados, tenía muchísimo miedo, pero
entre todos logramos que confiara y se convirtió en una perra cariñosa y
alegre. Hace dos años Brenda se puso
malina y no lo superó, estuve con ella cuando la sacaron de su triste vida de
abandono y también pude estar con ella el día que se fue. Esos fueron los
momentos más especiales para mí.
www.amigosdelperro.org