Sé
que much@s me comprenderéis cuando digo que no puedo escoger un solo momento como el mejor, pues
desde mi niñez y gracias a los animales he tenido los mejores momentos de mi
vida.
Porque
no puedo evitar que a pesar de las dificultades siempre que me cruzo con un perrín
por la calle se me dibuje una sonrisa.
Que
reciba tantas muestras de cariño incondicional de los perrinos de los albergues
de la fundación amigos del perro me haga sacar fuerzas de donde sea para
continuar colaborando para su bienestar como sea necesario.
Que
cuando un gatín callejero me deja acariciarlo me sienta bendecida.
En
sí, cada vez que ayudo a un animalín me siento un poquito más feliz.
Pero desde que llegó a mi vida con mes y medio mi
compañera “Sombra” hasta el día de hoy con 10 años y casi 3 meses no he podido
dejar un solo día de decirle te quiero, cosa que por otro lado no me ha pasado
con persona alguna.
SOMBRA |
Es
tanta la comprensión y complicidad que tenemos que a veces me hace creer que me
lee el pensamiento.
El
poder disfrutar de su compañía son en sí todos y cada uno grandes momentos de
mi vida.
Y
aunque puedo deciros que todos los momentos que comparto con cualquier animalín son para mí maravillosos y todas mis pequeñas
aportaciones que de una forma u otra sirvan para ayudar (a los que al contrario
que mi Sombra no han tenido tanta suerte) me llena el corazón de una forma
especial.
Ella
desde que llegó a mi vida consiguió darme serenidad y con sus muestras de
cariño completó mi necesidad de amor y se convirtió en mi todo.
Te
amaré y te adoraré por siempre el resto de mi vida.
www.amigosdelperro.org