TRATAMIENTO HORMONAL versus CIRUGÍA DE
ESTERILIZACIÓN
Existen varios tipos de tratamientos hormonales en
función de las necesidades del animal. En hembras hay básicamente 2:
◊ Inhibición del celo
◊ Tratamiento abortivo
-
- En el caso del primero, para inhibir el celo en una
hembra, es un tratamiento seguido y si se interrumpe el animal vuelve a salir
en celo. Este tratamiento siempre se tiene que iniciar en fase de anestro o a principios
de proestro (cuando la hembra no se encuentra en celo o está recién
iniciándolo). Una vez el animal ha iniciado el celo el tratamiento no suele ser
ni eficaz ni recomendado para parar el celo, sino que tendríamos que esperar a
que pare el celo para iniciar el tratamiento para que ya no tenga el siguiente.
Es un tratamiento continuo por lo que se deben
respetar muy bien las fechas de las tomas o de las inyecciones.
El tratamiento abortivo consiste en inyectar el
producto a la perra gestante. La dosis se tiene que repetir en 24 h. Siempre
que se hace un tratamiento abortivo es recomendable esperar una semana de la
monta, ya que de la monta a la fecundación pueden pasar unos días. Y si hacemos
el tratamiento inmediatamente después de la monta puede no ser efectivo, ya
que quizás el óvulo no esté aún maduro.
En el tratamiento abortivo, si se hace dentro de las
primeras semanas de monta hay reabsorción fetal, por lo que el animal no tiene
pérdidas vaginales. Si se realiza el tratamiento después de los 20 días de la
monta, sí se pueden ver signos del aborto con descarga vaginal.
El tratamiento abortivo no es eficaz después de los
45 días de la monta. Si se realiza un tratamiento abortivo tardío puede
provocar muerte fetal sin reabsorción ni expulsión del feto
muerto lo que provoca una grave infección en la hembra, teniendo que ser
intervenida quirúrgicamente.
En perros también existen tratamientos químicos
para contrarrestar los efectos hormonales. Se trata de inyecciones o de
implantes que inhiben la producción hormonal en los machos. Igual que los
tratamientos de inhibición de celo en las hembras, tiene que ser un tratamiento
constante y si se interrumpe, el macho puede volver a ser fértil.
Se recomienda en cualquiera de los casos sustituir
el tratamiento hormonal por el tratamiento quirúrgico
(ovariohisterectomía en hembras y orquiectomía en machos). Los motivos son varios.
A nivel económico, a la larga sale más rentable la cirugía que el tratamiento
hormonal. Los tratamientos son para siempre, por lo que a largo plazo resulta
más caro. Sobre todo los tratamientos abortivos pueden salir más caros que la
cirugía.
La cirugía es más cómoda y no da tantos problemas a
los propietarios. Los tratamientos de inhibición del celo se tienen que hacer
constantemente y un olvido o error en la pauta puede hacer que la hembra salga
en celo y quede preñada. La cirugía sólo requiere de una semana o 10 días de
cuidados postoperatorios.
Y sobre todo con la cirugía nos evitamos todos los
efectos secundarios de los tratamientos hormonales, que pueden ir desde
vómitos, diarreas, anorexia, excitación, depresión, dolor, reacciones
inflamatorias acompañadas de pérdida de pelo en las zonas de inoculación,
incluso llegando a provocar alteraciones metabólicas en el animal (bajada de
defensas, alteración de los parámetros renales,…). En los tratamientos
abortivos tardíos puede haber muerte fetal provocando importantes infecciones
de útero.
Los tratamientos para inhibir el celo pueden
provocar aumento de apetito y incremento de peso, cambios de comportamiento,
desarrollo mamario, hiperplasia endometrial quística y/o piometra (alteraciones
en la mucosa uterina con infecciones), tumores mamarios, disminución de los
niveles de cortisol (provocando importantes enfermedades como el
hipoadenocorticismo), elevación de la glucosa en sangre, resistencia a la
insulina pudiendo provocar diabetes mellitus.
Por último tener en cuenta que estos tratamientos
hormonales no son recomendables para todos los pacientes. Depende mucho del
estado de salud.
Esterilizar a los animales es la forma más rápida,
segura y sencilla de asegurarnos que no van a tener descendencia, ahorrarnos
los incómodos sangrados de las perras y las fugas de los machos y de evitarnos
muchísimas patologías relacionadas con el sistema reproductivo en edades
avanzadas.
Por eso si el veterinario no sólo mira por su
bolsillo sino que también mira por el bienestar animal, siempre recomendará la
cirugía incluso llegando a negarse a realizar cualquier tratamiento que ponga
en riesgo la salud del animal.
Carlos
Querol
Veterinario
de la Fundación Amigos del Perro