La piometra es una
enfermedad originada por una infección en el útero y acumulación de secreciones
y pus en su interior.
Es una enfermedad que tiene mayor prevalencia
en animales de edad avanzada, aunque puede aparecer en cualquier edad.
La causa es una proliferación
bacteriana en el interior del útero. El animal en cada celo abre el cuello del
útero para favorecer la monta y quedar preñada. En este momento muchas
bacterias pasan de la vagina al interior del útero. Estas bacterias encuentran un medio idóneo
para multiplicarse debido al efecto de la hormona progesterona sobre la mucosa
del útero que hace que esta mucosa se encuentre excesivamente gruesa e incluso
puede provocar quistes.
ÚTERO CON PIOMETRA |
Cuando aparecen quistes
aparte de piometra podemos hablar también de hiperplasia endometrial quística.
Si en vez de secreción
vaginal purulenta fuese secreción sanguinolenta hablaríamos de metrorragia. La
causa es la misma, un excesivo efecto de la progesterona sobre la mucosa del
útero. En estos casos es muy fácil confundirlo con el sangrado del celo.
Remarcar que las gatas en celo no muestran ninguna secreción, por lo que un
flujo sanguinolento en las gatas es siempre a causa de enfermedad.
Hay que diferenciar 2
presentaciones de esta enfermedad. Se puede presentar con el cuello del útero
abierto o cerrado. Si el cuello del útero está abierto veremos fácilmente
secreción por la vulva. Si se encuentra cerrado no veremos nada y el estado del
animal empeorará rápidamente debido a que la infección pasa rápidamente a
riñones y a circulación general. Se puede presentar de cuello abierto y que de
repente se cierre el cuello y deje de supurar.
En estos casos también puede haber confusiones y errores de diagnóstico,
ya que podemos pensar que la enfermedad ha remitido cuando en realidad va a
empeorar rápidamente.
La sintomatología suele
ser clara: secreción mucopurulenta a nivel vaginal. A esto se le puede añadir
poliuria-polidipsia (que el animal beba mucha más agua y orine mucho), letargia,
anorexia, abdomen dilatado, temperatura elevada, vómitos y/o diarreas sanguinolentas.
La sintomatología es mucho más grave en los casos que el cuello del útero se
encuentre cerrado.
El diagnóstico definitivo
se hace por imagen (radiografía o ecografía) donde vemos el útero dilatado con
contenido interior.
El tratamiento siempre
tiene que ser quirúrgico. Dependiendo del estado del animal, podrá requerir
estabilización antes de entrar a quirófano. Si la infección está muy avanzada y
ha afectado a los riñones el animal necesitará tratamiento con suero y
antibióticos intravenosos antes de entrar a cirugía.
La cirugía consiste en
realizar una ovariohisterectomía, es decir extirpar los ovarios y el útero, que
es la fuente de infección. Evidentemente la cirugía deberá ir acompañada con un
tratamiento de antibioterapia posterior.
En ningún caso el
tratamiento será solamente antibioterapia, ya que el animal puede mejorar pero en el siguiente celo volveremos a estar
en la misma situación.
Para prevenir esta
patología se recomienda hacer una ovariohisterectomía preventiva cuando el
animal se encuentra totalmente sano. Siempre es mucho mejor operar un animal
sano que otro que tenga una infección. Por eso se recomienda la cirugía en
edades tempranas.
Carlos
Querol
Veterinario
de la Fundación Amigos del Perro